Como escritor de viajes, estoy constantemente buscando la próxima gran tendencia. Cuando el reporte “Where to Next? 2026” de Priceline llegó a mi bandeja de entrada, una frase me detuvo en seco: “little treat travel” (viajes de “pequeño capricho”). No lo había oído antes, pero supe al instante lo que significaba. El término me recordó a un episodio clásico de Parks and Recreation, donde los personajes celebran su día anual de indulgencia y mimos. Pero esto no se trata de ir de compras o días de spa. Se trata de viajar.
El “little treat travel” es una tendencia en aumento donde las personas reservan escapadas cortas y espontáneas con el único fin de recargar energías y reiniciar. Estas escapadas pueden ser un viaje de un día o un rápido “me-kend” (un fin de semana solo para ti), diseñado para levantar el ánimo y cambiar tu perspectiva.
Un cambio de mentalidad respaldado por datos
A primera vista, podría sonar indulgente. Pero piénsalo: ¿un viaje corto para reconectar con la alegría, deshacerte del estrés y sentirte tú mismo otra vez? Eso no es egoísta. Es inteligente. Todos necesitamos un descanso de la rutina, y esta tendencia nos da permiso para tomarlo.
Según Priceline:
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El 65% de todos los viajeros ha reservado un viaje únicamente como un gusto para mejorar el ánimo.
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El 76% de los viajeros de la Generación Z dice haber hecho lo mismo.
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El 80% de la Generación Z volaría internacionalmente para un viaje de un día si la oferta fuera buena.
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Solo el 30% de los Boomers dice que haría lo mismo.
Es un cambio de mentalidad. Los viajeros ya no esperan un hito o una semana libre completa para justificar una escapada. El capricho es el viaje en sí mismo.
Destinos recomendados para un “pequeño capricho”
Si estás listo para probar la tendencia, aquí hay cinco destinos que Priceline recomienda para una escapada espontánea: Lake Tahoe, CA; Edmonton, Canadá; Punta Gorda, FL; Page, AZ; y Miguel Hidalgo, México.
Hemos pasado tiempo en los dos primeros, y absolutamente cumplen. Tahoe ofrece esquí de clase mundial en invierno y aventuras en el lago cristalino en verano. Edmonton está llena de sorpresas, desde su museo de letreros de neón al aire libre hasta el rugido de un juego de hockey de los Oilers y la rica cocina indígena.
Más allá de la lista: Una maravilla subterránea en Colombia
Si bien la lista de Priceline se enfoca en escapadas accesibles en Norteamérica, el espíritu del “little treat travel” se trata de encontrar asombro, y a veces, eso requiere un vuelo internacional. Para aquellos que buscan una recarga espiritual y arquitectónica verdaderamente única, existe un destino incomparable: la Catedral de Sal de Zipaquirá en Colombia.
Situada a 48 kilómetros al norte de Bogotá, esta increíble catedral lleva la arquitectura religiosa a límites insospechados. Es una maravillosa construcción moderna realizada por Roswell Garavito Pearl en los años noventa. Se encuentra a 180 metros bajo tierra, en el interior de una mina de sal que ha sido explotada desde 1801, dentro del parque de la Sal en el cerro del Zipa, a 2.652 metros sobre el nivel del mar.
Historia de la catedral: De capilla minera a monumento
La historia de la catedral comienza en 1930, cuando los mineros construyeron una capilla improvisada en uno de los túneles para poder orar. Sin embargo, esta se cerró en 1992 por considerarse poco segura. Así que, en 1995, se inauguró una nueva iglesia. Para su construcción, se extrajeron 250.000 toneladas de sal, y se diseñó para poder albergar hasta 10.000 fieles.
Un recorrido por las profundidades de sal
Este monumento abarca una superficie de diez hectáreas y está dividido en secciones. En el nivel superior, un largo túnel de 386 metros de longitud y 13 metros de altura conduce a un simbólico vía crucis. Este recorrido consta de 14 estaciones que representan las diferentes etapas vividas por Jesús hasta su muerte, todo ello rodeado de la atmósfera mística que crean las luces y las cruces talladas directamente en la sal, sin representaciones humanas.
En el nivel inferior se encuentra la catedral propiamente dicha. Se accede al coro, que se encuentra en la parte superior de la nave central, generando un balcón sostenido por cuatro enormes columnas de sal de ocho metros de diámetro que representan a los cuatro evangelistas.
Las tres naves: Nacimiento, Vida y Muerte
La entrada a la catedral se realiza por el Nártex hacia sus tres naves. Primero, la nave del Nacimiento, donde se encuentra el bautisterio simbolizado por una cascada de sal cristalina. Segundo, la nave de la Vida, que alberga el altar mayor y la cruz tallada en roca salina más grande del mundo (120 metros de largo por 22 de alto), además de un espectacular medallón de La Creación. Finalmente, la nave de la Muerte y la Resurrección. La imagen es impresionante.
La esencia del viaje: Darse permiso para explorar
El “little treat travel” no se trata de marcar casillas o perseguir estatus. Se trata de alegría, curiosidad y darse permiso para ir. Ya sea un viaje monumental a una catedral subterránea en Colombia, una noche iluminada por neones en Edmonton, o algo más cercano a casa, la magia está en el momento.
Otras ideas que adoptan esta filosofía incluyen tomar un tren de Amtrak a un lugar que nunca has visitado, como el Coast Starlight de Seattle a Los Ángeles, o visitar un parque nacional como Yellowstone, aunque sea solo por un día. A veces, la mejor razón para viajar es ninguna razón en absoluto. Así que, adelante, reserva ese pequeño capricho. Te lo has ganado.




